Dejo en la estación de tren a Alvaro, con un efusivo abrazo nos despedimos y nos deseamos suerte, esa es una de las extrañas sensaciones que producen los viajes, agridulce, con el placer de incorporar a una nueva persona en tu vida, un Nuevo amigo tras 4 días compartiendo viajes, visitas, muuchas risas,conversaciones , reflexiones, callejeos y un sin fin de vivencias múltiples.
Momentos tan intensos como las que hemos vivido en los primeros días en la India, le dejé dentro del vagón en la caótica estación de trenes de Delhi, nos costo llegar al tren y a su anden, las indicaciones no existían y los paneles estaban estropeados, así que confiamos en los militares para que nos dijeran donde era el tren a Calcuta, el bullicio y el caos era general, gente de aquí para allá, el hall de la estación hacia de hogar, salón de casa y cama para algunos, los andenes estaban repletos de personas en el interior de inmensos trenes, gente con bultos se cruzaban con niños que iban cogidos de sus madres, gente sin brazo se cruzaba con estudiantes, mochileros corriendo apenas veían a abuelos que iban arrastrando pesadas maletas, miradas llenas de vida y dolor se mezclaban con el sofocante calor y los constantes ruidos que hacen de estas estaciones un crisol de sonidos, colores y personas.
Hemos pasados muy buenos momentos, es increíble lo curioso de las casualidades, amigo de Jose, Asier y Mikel, me llevo una grata impresión de este medico recién salido de la Uni, un gran tipo este vasco entrañable y campechano con una fuerte vena social que le lleva ahora 2 semanas a ayudar a la Orden de la Madre Teresa de Calcuta , creo que pese a estos 4 días podemos considerarnos como amigos, al menos así lo siento yo.
El destino quiso ponernos en el camino y que nuestras vidas y la amistad se cruzaran a miles de kilómetros de nuestros orígenes y raíces. Las risas han quedado atrás, las visitas al red fort de Delhi, el callejear con nuestras mochilas al hombro buscando el primer hotel, el dejar de lado a los falsos guías y vendedores de todo lo que quieras, el hacer una sola comida-merienda-cena en el Sonu todos los días, el deambular por la vieja Delhi siendo los únicos turistas en la zona musulmana, las risas en el ricksaw, la tarde de Domingo en la India Gate y sus jardines en compañía de Anna la alemana cooperante, el sentimiento de amistad y camaradería que aparece entre ciertas personas, no depende ni hace falta el estar muchos meses o años para saber que con alguien congenias o no.
Dejo volar la vista atrás y recuerdo como hace unos días y unas horas, tomábamos una birra en el tejado del primer hotel en compañía de unos koreanos, falsos guías nos muestran oficinas de turismo de dudosa oficialidad, entramos en el red fort y vemos un crisol de colores, entramos en el metro sumergiéndonos en la multitud y pasamos de líneas amarillas a azules, sonrisas nos reciben en estas primeras horas en la india, deambulamos en la zona musulmana, la pobreza nos hace reflexionar en varios momentos, optamos por fijar el Sonu para comer todos los días ante la afabilidad de sus camareros y la calidad de sus platos, atrás quedan el encontrarnos con unos jubilados hippies alemanes que nos recomiendan su hotel, en el que finalmente pasamos los 3 siguientes días, caminamos arriba y abajo, escribimos en nuestros diarios, hablamos de libros, sueños, personas, ilusiones y viajes.
Viajeros que van y vienen, amigos que se quedan
Un abrazo desde Delhi de Ivan
Hoy la cita es: “La felicidad es un estado interior, no depende de lo que tienes sino de lo que eres” Tiziano Terzani