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El Tiempo de los regalos en la vieja y eterna Constantinopla

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02 Oct 2012
Aventura, Libros, Sueños, Turquía, Viajes
by Iván

English translation by Google

Escribo ahora mismo emocionado tras haber dejado atrás la vieja y eterna Constantinopla. Ahora  estoy en el agradable  Shanti Hostel desde Skopje en  la capital  de Macedonia , y es  en su terraza llena de colorido  desde  donde intento juntar letras para expresar algunas de mis emociones.  Tengo a pocos minutos de  distancia  la estatua de Alejandro Magno y como si de un reflejo de la Historia fuera  se acopla al especial viaje que estoy realizando. Los aires del Bósforo ya quedan lejos y en estos momentos trato de  poner en orden algunas de las sensaciones y experiencias que he podido vivir los pasados días en Estambul.

Hay lugares que forman sin saberlo parte de nosotros mismos, a lo mejor es una mezcla confusa de los libros leídos, de los viajes realizados y de los sueños que siempre tuvimos. En ese confuso espectro aparecen ante nosotros muchos lugares a los que un día debemos llegar.

Así era como desde hace años tenía en mente llegar a la vieja Constantinopla, los sueños de  conocer la legendaria ciudad se juntaban con aquella enigmática  ventana y el llegar quizá con una mujer  amada . Todo ese conglomerado de ideas se convirtieron durante algunos meses en un sueño repetido que me hizo pensar sobre tan especial enclave.Estambul era un marco que quería conocer cuando las circunstancias de la vida lo decidieran. Un viaje con significado para sentir ese espectacular caleidoscopio de colores, olores, contrastes,  lugares y gentes. Un enclave marcado con letras de oro en la  Historia del mundo y donde el asombro unido a la sorpresa  acecha en cada esquina de tan increíble lugar. Una  ciudad que sirve como  puente entre Europa y Asia y en la que sentí algunas sensaciones inexplicables que me hicieron sentir unas emociones indescriptibles para proyectar mi futuro.

Hace años leí una entrevista a una escritor querido en la que decía aquello de que » la felicidad eran pequeños momentos de intensidad» . Son esos momentos los que pude vivir en Estambul,  quizás los que me llevaron a dar gracias a la vida, a  la gente que me quiere, a los libros que siempre me han acompañado y a una vieja mochila que lleva conmigo  desde hace más de una década.

Y como decía el bueno de Jacinto Antón sobre nuestro admirado Patrick Leigh Fermor : » Le imaginábamos siempre en el camino, eternamente joven, avanzando hacia la meta de todos sus sueños -y los nuestros-: Constantinopla» , » Crucemos los dedos para que al fin, siguiendo la estela del último gran personaje romántico de nuestro tiempo, lleguemos con él a Constantinopla iluminados por el deslumbrante esplendor de su recuerdo».  

Y no pude encontrar mejor excusa para llegar a Estambul que honrar la memoria del mejor escritor de viajes del siglo XX. El bueno de Patrick Leigh Fermor iluminó parte de mi vida con una luz que solamente está reservada para esa gente que acopla la bondad y  el humanismo como sello de identidad de su personalidad.

Y como si fuera parte de la magia del momento y de todos los recuerdos pude acoplar el viaje con aquel Tiempo de los Regalos  del viajero eterno a Bizanzio. Antes de llegar a Estambul quería explorar  esos rincones de Bulgaria y Rumania que el bueno de Paddy atravesó en los años treinta del pasado siglo.

Sentir de nuevo como propio  aquello del joven que caminaba en el crepúsculo » donde la arquitectura se adorna con una fascinación romántica, la historia rezuma sin cesar como una bebida embriagante y la gente…, la gente es lo mejor: se abre al joven viajero, mostrándole lo más recóndito de su alma, entregada, frente al inofensivo y joven testigo, a un monólogo en el que laten, prístinas, directas, las vidas, las esperanzas y los sueños de un tiempo perdido».  

Bajo el fascinante atardecer que une Europa con Asia me enteré de la gran noticia, que Artemis Cooper ha preparado la Biografia sobre el mito con un nombre tan mágico y especial  como » An Adventure» . Así se unía el pasado con el presente, su viaje con el que yo realizaba en su honor.

Atrás quedan los atardeceres mágicos sentado hipnotizado frente al Puente Gálata , mezquitas resplandecientes que sirven de porte mágico a todos  los barcos que veo partir o llegar. Pero ese brillo no podía estar sin el humanismo de todo  el crisol de gentes que marcan el verdadero tiempo de los regalos. Una ciudad fascinante va pareja a la gente sensacional que he conocido durante los once días que allí he estado. Ese encuentro mágico que  honra el viajar y que embellece todavía más un lugar debido a la conexión que se establece cuando la gente aparece en el momento y lugar adecuado.

Unas sensaciones y experiencias  donde como dijo Robert Byron el viaje se convierte en la mejor educación humanística posible. Y mientras cierro los ojos, vienen y van  los recuerdos de un lugar del que puede asegurar que nunca se las llevará el viento.  El tributo a un mito en el mejor lugar posible,  la vieja y eterna Constantinopla. Gracias querido Paddy ….

Hoy la cita es : «Viajo por placer y por curiosidad» Sir  Patrick Leigh Fermor

About the Author
Viajero y lector que por vocación se convirtió en Ingeniero Agrónomo y que por un descuido se le ocurrió hacer un MBA. Mochilero inquieto y curioso que quiere seguir conociendo el mundo, sus gentes y culturas. Apasionado por la literatura de viajes y por la conexión entre el viaje y el humanismo. Creo en el viaje como forma de aprendizaje e investigo sobre ello de forma independiente y autodidacta.
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15 Comments
  1. Elena 2 octubre, 2012 at 22:09
    Hola Iván, He estado siguiendo tus días en Estambul a través de twitter y con ellos has reavivado las mismas sensaciones que tuve cuando yo viajé allí, también acompañada por el mismo libro y también hipnotizada por los atardeceres de la ciudad. Saludos
  2. Iván 2 octubre, 2012 at 22:23
    Hola Elena. La verdad es que es una ciudad que imaginaba que me impresionaría, pero se dieron muchas circunstancias para hacer mágicos los días. El libro de Leigh Fermor es uno de los más importantes de mi vida por muchas razones. Un abrazo y gracias por pasarte
  3. Jose Lourido 2 octubre, 2012 at 23:02
    La verdad que leyendo tu crónica me entran todavía más ganas de viajar a esa ciudad... Tengo que anotarla en la lista de próximas visitas :) Muy buena entrada... sigue disfrutando del viaje y hacernos disfrutar a nosotros con tus palabras. Un abrazo! Jose.
  4. Iván 2 octubre, 2012 at 23:20
    Gracias Jose. Creo que en Estambul puedes sacar algunas de las fotos de tu vida. Un lugar mágico y espectacular, no te decepcionará. Sus contrastes y el sentimiento de cruce de caminos es algo sumamente especial. Un fuerte abrazo
  5. Pau 3 octubre, 2012 at 10:52
    Eres grande Iván, un viajero romántico como pocos :D
  6. Iván 3 octubre, 2012 at 14:57
    Gracias por tus palabras amigo Pau. La vida sería aburrida sin ese romanticismo :)
  7. Alfonso (the world thru mu eyes) 6 octubre, 2012 at 21:08
    Me ha encantado la manera en que estás relatando tus viajes... Engancha! Una pasada de viaje el que estás realizando por el casi-europeo Este! Un abrazo y que vaya muy bien! Un saludo viajero
  8. Iván 7 octubre, 2012 at 11:12
    Hola Alfonso. Gracias por tu comentario y por los deseos, me alegro que te guste el blog, simplemente escribo historias sobre mis emociones y sensaciones cuando viajo. Un saludo y buenos viajes
  9. Pingback: Viajar es compartir II. Los mejores blogs de viajes | el pachinko

  10. Daniel Ruiz 8 octubre, 2012 at 21:16
    Me ha encantado tu relato tan lleno de intensas emociones Iván. ¡Te mando un abrazo! Daniel
  11. Iván 9 octubre, 2012 at 11:36
    Gracias Dani, un fuerte abrazo de vuelta y espero que nos encontremos estos meses
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